La vida de la mujer como delito

¡Miles de mujeres jóvenes, a veces niñas, fueron encerradas en reformatorios, cárceles legalizadas, de ideología fascista, nazi, y sin juicio, porque las consideraban «caídas o en riesgo de caer», inadaptadas y que transgredían la moral cristiana! Así era el Patronato de Protección a la mujer ¡De esto solo hace 40 años!

Fregar, rezar y coser, esa era su enseñanza

«Dos años sin bañarnos», «lavar la ropa a mano con sosa», «mano de obra gratuita», «éramos como esclavas», «una Gestapo femenina»…. testimonios que pueden verse en los documentales.

A veces te saltas las clases, te besas en público con tu chico, vas de fiesta, no siempre asistes al culto religioso, unos días de vacaciones con tu pareja, incluso vives con ella, vas a manifestaciones, a bailes, te quedas embarazada, eres madre soltera… ¿Puedes imaginarte que esta vida que llevas, esta vida tuya, porque es tuya y de nadie más, se considerara delito?, ¿y puedes imaginarte que quien te delate sean tus padres, hermano, otros familiares, el vecino, el párroco, profesor, un celador…? ¿Y que por esa vida convertida en delito te internan en un reformatorio, sin pasar por ningún juicio?

De pronto te encuentras detenida y encarcelada y tu familia ya no es tu tutora, y tú lo eres nada. Tu vida pasa a ser de una institución. No es un cuento, ni una serie. Ha sido una realidad durante 40 años, y de ello hace solo otros 40 años. Si eres joven piensa que tu madre, abuela, tías… han pasado o podían haber pasado por esa situación. El culpable de ese despropósito, de ideología fascista, nazi, tiene un nombre, Patronato de Protección a la mujer. «Protección», paradójico.

Internadas «por problemas de adaptación»

Se trata de una institución franquista creada en 1941, con ideología fascistas, incluso nazi, cuya primera presidenta fue, cómo no, Carmen Polo de Franco. Rebeldes, prostituyas, lesbianas, campesinas, violadas, embarazadas… cualquier chica que no cumpliera el modelo de mujer que se contemplaba en el franquismo o en la Alemania nazi, eran ingresadas en reformatorios, cárceles legalizadas, sin juicio. Esta institución disponía de centros de internamiento de carácter cerrado y regentado generalmente por órdenes religiosas que podían encerrar a mujeres jóvenes que se encontraban ‘caídas o en riesgo de caer’ y con “problemas de adaptación”, sin una conducta moral de acuerdo a sus criterios. Dicen las que las sufrieron que las religiosas Oblatas representaban una de las órdenes más duras. En cada capital de provincia se estableció una Junta de protección a la mujer, presidida por el gobernador civil, dos vicepresidentes (varones), secretario, tesorero, autoridad eclesiástica… todo atado y bien atado. ¿Y a todos les parecía normal?, ¿decente?, ¿acaso había un Patronato de protección al hombre?. No, eran los que decidían sobre la mujer, los que tenían el monopolio de la decencia ¡Menudo despliegue de personal para controlar a las jóvenes solo por transgredían la moral de la dictadura!

Se calcula que unos 30.000 niños fueron robados. Informe semanal TVE

El embarazo era motivo de ingreso en 1977. Pero la historia de los niños nacidos en esta institución, el robo de los bebés, más bien la venta, con la complicidad de las religiosas y el ya conocido doctor Varela, es otra larga y triste historia, de la que salieron de «rositas» los culpables.

Sin culpables, para ellos sí hubo amnistía

El obispo Munilla dice que la amnistía “es inmoral”. Lo que ellos hacían en el Patronato, o los abusos pederastas no lo han sido. La amnistía sí vale para ellos

El Patronato se cerró en 1984, hace sólo 40 años, y claro que quedan testigos, aunque la Memoria Histórica no se ha molestado mucho en reconocer esta barbaridad y a sus responsables. Para ellos sí ha habido amnistía. Son relatos escalofriantes, terribles, de vidas truncadas, sin haber cometido ningún delito y bajo esa  mal denominada “protección”, cuando era todo lo contrario. De no llegar a cerrar la institución y continuáramos con un régimen franquista -al que algunos quieren regresar- puede que estuviéramos viviendo algo parecido al «Cuento de la criada». Empiezan por negar la violencia de género. ¿Qué sigue?

«Dos años y medio sin bañarnos. Con anemia»

La investigadora Consuelo García del Cid Guerra, ingresada a los 16 años en un reformatorio madrileño, “por ser revoltosa, alegre y tener ideas izquierdistas”, ha calificado al Patronato como una “Gestapo femenina”, “donde se torturaba y se destrozaba física y anímicamente a las mujeres jóvenes, niñas en su mayoría”. Eran “mujeres caídas”, “sin moral”, y había que enderezarlas por el buen camino. Muchas entraron pensando que iban a recibir una formación, pero ahí estaban para trabajar como esclavas, “estuvimos dos años y medio sin bañarnos, y con anemia”, “nos ponían a lavar ropa a mano con sosa, a algunas les salían heridas con sangre y pus, si te quejabas decían que más sufrió Jesucristo en la cruz y no se quejaba”, “éramos esclavas”, “mano de obra gratuita, cosiendo para grandes almacenes, como el Corte Inglés”… “A veces hacíamos muñecos para pastelerías y cuando los rellenábamos de caramelos metíamos notas diciendo que estábamos internadas en tal centro y que nos ayudaran. ¿Qué pensarían quienes recibieron esas notas?” Fregar, rezar y coser.

“Había sadismo; fue una salvajada del franquismo”, así lo ha relatado Pilar Dasí, psicoanalista, encerrada en el Patronato de Protección a la Mujer, a petición de su madre cuando tenía 19 años. La institución se creó también para ejercer un férreo control patriarcal sobre aquellas muchachas que desafiaran el modelo único de mujer que las obligaba a actuar como esposas, madres y cristianas ejemplares, (El País)

Al ingresar en estos centros los padres perdían la patria potestad ¡hasta que cumplía los 25 años. ¡Estamos hablando de hace solo 40 años! “Nos vestían mejor y nos daban mejor comida cuando venían visitas”. “Nos dosificaban el agua, medio vaso al día, generalmente por la tarde y por la noche cortaban los grifos”, “la comida a veces tenía gusanos” (dicho por varias mujeres), “yo la vomité y me agarraron por la cabeza para que me la volviera a comer, y volví a vomitarla y volvieron a obligarme”. Una mujer de 65 años que cohabitaba con su cuñado, ambos viudos y libres, fue denunciada por su hijo e ingresada en el reformatorio del Patronato.

La finalidad del Patronato era la dignificación moral de la mujer, especialmente de las jó­venes, para impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la religión católica.​

Los bofetones –no un simple cachete- eran habituales, una de ellas relata -se puede ver en documentales- fue tal el que le propinó uno de los sacerdotes que quedó sorda de ese oído. “Yo me saltaba las clases, iba a las manifestaciones y repartíamos octavillas. Un día me despertó mi madre, con ella estaba el médico y dijo que iba a vacunarme. Me desperté en una habitación con barrotes, me asomé a la calle, Padre Damián 52 y vi que todos los coches tenían matrícula de Madrid, yo vivía en Barcelona. Tenía 15 años” (Consuelo García del Cid), su testimonio en el documental El patronato, crónicas. La 2

Motivo de la acogida en reformatorio, «por haberse ido con las comparsas de la artista de cine Marisol»

La rebelión, desesperación, crisis de ansiedad, crisis nerviosas y hasta intentos de suicidio afloraran en ese ambiente, esperar lo contrario era difícil, y si mostraban esas actitudes podían ser catalogadas como locas y terminar en el manicomio de Ciempozuelos, también dependiente del Patronato de Protección a la Mujer, pero ¿con qué lógica se podía entender por qué estaban ahí? ¿Qué delito habían cometido? Con suerte algunas lograban escapar, aunque las localizaban enseguida.

Los psiquiatras franquistas más «eminentes» convencidos de que existía el «gen rojo»

Los psiquiatras más eminentes de la época, franquistas, consideraban que había un «gen rojo». Antonio Vallejo-Nájera, Juan José López Ibor o Francisco Marco Merenciano fueron algunos de los encargados de explorar la disparatada teoría según la cual el ‘gen rojo’ se heredaba de padres a hijos. Ahora no se habla del disparate del «gen rojo» pero sí de «gente de bien», más moderno. “Con esas teorías psiquiátricas son capaces de justificar lo que hoy entendemos y consideramos como crímenes de lesa humanidad”, señala la periodista Rosa Brines, autora del documental  Los ángeles caídos. El fanatismo de los psiquiatras de Franco

1968. Una entrevista en televisión a Doroteo Hernández, capellán del cuerpo de prisiones, a la pregunta si cree que las prostitutas –muchas de ellas en los reformatorios- tienen sentido de culpa, responde que “el 80% son taradas psíquicas”

Celadoras que vigilaban las zonas «calientes del pecado»

Ahora alucinamos con la «moral» que exige el régimen talibán a las mujeres. Terrorífico. Pero durante los 40 años que duró el Patronato hubo un marcaje por parte de celadoras, funcionarias entre los 28 y 45 años, que vigilaban las zonas «calientes del pecado», cines, bailes, piscinas, bares… y «cuando veían a una menor en actitud que consideraban que no era adecuada para la moral de la época, llamaban a la Policía», explica Consuelo García del Cid. 

El último presidente del Patronato, que quiso cambiarlo radicalmente fue asesinado por un comando de ultraderecha

Se llamaba Jaime Cortezo, fundó lo que luego sería Izquierda Democrática, fue considerado el «abogado liberal más famoso de España». Antifranquista, fue víctima de detenciones, agresiones y atentados. En 1975 un atentado de un comando de ultraderecha acabó con su vida. Había declarado que quería «transformar radicalmente» ese organismo. «Soy eminentemente feminista, sentimiento que arranca de mi creencia en la igualdad del ser humano». Quería derogar la ley que había creado ese Patronato y promulgar otra para transformarlo en un Instituto para la Promoción de la mujer, «con un un fin principal: la superación de todas las discriminaciones legales contra la mujer y de las que, de hecho, aplica la sociedad española «.

Pueden manifestarse por todo, ETA, Sánchez, ahora la amnistía, después tu tía (con lo bien que les ha venido a ellos la amnistía económica, política), el caso es recobrar como sea el poder absoluto que tuvieron. Y los Borjamari con la bandera del aguilucho, la que representa la ideología que permitió instituciones como el Patronato de Protección a la Mujer, los internados del miedo, los robos de bebés, los que quieren seguir con el control de la justicia… los que quieren anular derechos, los que niegan la violencia de género… Avisados.

Todavía pasarían 10 años más. El director general de Protección de Menores, Enrique Miret Magdalena, al escuchar y ver lo que ocurría en los centros, -vaya, un error, no lo vieron antes- cerró definitivamente el Patronato y todos los centros (también de menores) que dependían del mismo. Era 1984.

La historia de los centros de menores, niños y niñas de la postguerra, hijos en su mayoría de presos políticos, recibían, además, adoctrinamiento político. Pero esta es otra historia sin duda más triste y terrorífica porque eran niños, y si con 4 años mojabas la cama, recibías una ducha fría. Un simple castigo.

No hay que olvidar que los homosexuales no se salvaban de esta moral. Antonio fue encarcelado con 17 años en 1976, en virtud de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social. Había sido aprobada siguiendo los pasos de la de Vagos y Maleantes vigente durante la mayor parte de la dictadura. Ambas incluían entre sus destinatarios a prostitutas, vagabundos y homosexuales. Fue denunciado por su madre. Lo publicamos en el blog , historias como la de Antonio no pueden repetirse

Montse Armengou y Ricard Belis, sobre los internados del miedo

Los Internados del Miedo (Documental TV3 en castellano)

Niños robados. Informe semanal de TVE

 Patronato de Protección a la Mujer. TVE. La aventura del saber

La pajarera magazine, blog

“Por caridad» Mariaje López. Novela basada en hechos reales, refleja la vida en los reformatorios católicos del franquismo

7 comentarios en “La vida de la mujer como delito

  1. Pues anda que los psiquiatras, considerados eminencias, el Vallejo-Nájera y el López Ibor, y el otro que no sé como se llama… convencidos de que si eras rojo es que tenías una tara mental, por eso buscaban el gen rojo. El Nájera encargó un estudio para demostrar la inferioridad mental de los republicanos, ¡tótace las mandolas!… Todas las barbaridades en los documetales que señala este artículo, Los ángeles caídos y otros más.
    Es algo que no debe olvidarse, ya que posiblemente se hayan muertos los responsables, y las “buenas de las monjitas”, que alguien oficial les pida perdón, ¡por Dios!, aunque dudo que Dios estuviera en esos sitios, más bien el diablo y los demonios fascistas.

  2. Uno no puede por menos que pensar la miseria de personas que eran esos hombres, miserables y cobardes, fundando y dirigiendo esos reformatorios con jóvenes que NO HABIAN COMETIDO DELITO. Cobardes, a lo mejor así se sentían más hombres, porque no eran más que mierda.

  3. La derechuza nazi cualquier día vuelve a abrir el chiringuito del Patronato, con ganas estás en las comunidades que gobierna con PP. Mirar lo que dice el señorito Abascal: Vox suprimirá la asistencia a víctimas de #ViolenciaMachista en Castilla-La Mancha, eliminando los fondos destinados al Instituto de la Mujer al considerarlo un «malgasto».
    Se les cae la baba de pensarlo

  4. Yo me muero si me encierran en un sitio así, y cuando saliera me las pagaba e que me había metido, aunque fueran mis padres, ¿cómo podían hacer algo así?, que pregunta más tonta, si ya las mata el marido, aunque no exista segunla derecha la violencia de género. Y una cosa, no sabían ni cuando entraba, ¿ni cuándo salían?, porque si no había juicio, ¿cómo sabías cuánto tiempo te quedabas?, ¿hasta los 25 años?. Vamos que si lo pilla Dickens, menuda novelaza que hace, inventándose un final feliz que aquí no hay

  5. Viendo los documentales que aporta el artículo, este se queda corto en cuanto a las barbaridades que hacían. Es increíble, jóvenes, incluso niñas, recibían en algunos casos castigos físicos que hay que ser sádicos, les quemaban con la llama de una vela el trasero, o se lo restregaban con ortigas, y eran monjas!!! Han pasado 40 años y ningún castigo, pero ahí queda la vida destrozada de muchas de estas mujeres, y en una edad en la que tenían que haber estado viviéndola a tope. No hay derecho, no ha habido castigo. ¿Y quieren volver a ese pasado franquista?

  6. Lo terrible es que metían en estos lugares a jóvenes, incluso niñas embarazadas, embarazadas por sus propios padres,o hermanos, o primos… y las castigaban a ellas. Imaginarse el destino de esa criatura, y de la madre, ¡quedarse con el niño?, seguro que no la admitían en casa, ni ella qquerría, ¿pero dónde iba a ir?, y otra opción era dar al niño voluntariamente para los ricos que llegaban a pagar hasta medio millón de pesetas, o en el peor de los casos le dirían que había muerto y santaspascuas

  7. Por supuesto también hubo en Zamora, pero no se dónde. Sí sé, que en un BOE de 1976 se nombraban 3 nuevos vocales del Patronato. Luis Casaseca Mostaza, Alberto Pérez Silva y una mujer, Clara Garrote Romero. Me gustaría saber más de este Patronato en Zamora, o testimonios de las mujeres que estuvieron ahí encerradas

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